Y es que las vitaminas son nutrimentos esenciales que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para la reproducción, crecimiento y mantenimiento del organismo.
Pero es importante reconocer que la mayoría de las vitaminas se pueden obtener a través de una alimentación saludable y balanceada, que incluya entre tres y cinco porciones de frutas y vegetales diariamente.
Sin embargo, la realidad es que una gran parte de la población no se alimenta adecuadamente. Así que para muchos, la solución más fácil es tomar vitaminas que complementen su dieta. En esos casos, es necesario que consultes con tu médico de cabecera o una licenciada en nutrición para que evalúe las recomendaciones adecuadas de vitaminas que se deben ingerir diariamente, de acuerdo a tu edad y necesidades.
Cabe aclarar que por mejor que sea un suplemento, tomarlo no cancela la necesidad de una buena selección de alimentos y un estilo de vida saludable.
Beneficios de la suplementación vitamínica
A lo largo de los años, la evidencia científica ha demostrado el beneficio de la suplementación vitamínica.
Por ejemplo, la American Journal of Clinical Nutrition publicó hace un tiempo un estudio en el que se demostraba que la suplementación con ácido fólico y vitamina B12 mejoraba el funcionamiento cognitivo y la memoria en mujeres y varones de edad avanzada.
Mientras que dos estudios publicados en las Nutricional Neuroscience y Behavioural Brain Research, encontraron que la colina, nutriente que pertenece al grupo de las vitaminas B, mejora la memoria a largo plazo y la capacidad de atención.
También se ha demostrado que la deficiencia de estas vitaminas puede provocar cansancio, debilidad, pérdida de peso y hasta problemas neurológicos. Por lo que es clave que, si tienes esa deficiencia, consultes con tu médico para evaluar qué necesitas.
Sobre la vitamina C
Numerosos estudios han relacionado la vitamina C con un sistema inmune más fuerte.
De hecho, puede estimular la producción y la función de las células blancas de la sangre, primera barrera de defensa frente a infecciones. Además, se estima que puede inhibir o ralentizar el crecimiento de tumores cancerosos.
Según publica el portal de noticias de salud MedlinePlus, la vitamina C es un antioxidante, sustancias que pueden proteger las células contra los radicales libres.
Los mismos son moléculas producidas cuando el cuerpo degrada los alimentos o por la exposición ambiental al humo del tabaco y la radiación. Además, la vitamina C es importante para la piel, los huesos y el tejido conectivo. También promueve la curación y ayuda a la absorción de hierro. Sin embargo no es producida por nuestro sistma y tampoco puede acumularse. Por lo tanto es importante incluir alimentos ricos en vitamina C o utilizar el suplemento diariamente. Cabe destacar que los suplementos dietéticos de vitamina C y otros antioxidantes podrían interactuar con la quimioterapia y la radioterapia para el cáncer. De ahí la importancia de que, si recibes tratamiento, consultes con el oncólogo antes de tomarlos, en especial en concentraciones elevadas.
Riesgo de toxicidad
Si consumes suplementos vitamínicos y minerales en grandes cantidades y sin la supervisión médica, puede ser contraproducente.
Por ejemplo, algunas mujeres embarazadas necesitan suplementar su dieta con hierro y calcio. Pero estos minerales no se pueden tomar juntos ya que uno cancela la acción del otro. Es mejor tomar el hierro con el desayuno o el almuerzo y el calcio con la cena o en la noche, recomiendan los profesionales de la salud.
De hecho, también se debe tener en cuenta que un alto consumo de algunas vitaminas puede causar toxicidad. Por ejemplo, la vitamina A es necesaria para la salud de la retina y de la piel, pero en niveles altos puede ser perjudicial. Y puede producir exfoliación de la piel, necrosis hepatocelular, problemas de alopecia, dolores musculares y de los huesos y dermatitis, entre otras afecciones.
De la misma forma, aunque la deficiencia de vitamina D se relaciona con cáncer de seno y de colon, osteoporosis y fracturas patológicas, si se toma en altas dosis puede ocasionar niveles anormalmente altos de calcio y de fosfatos, daño renal y alteraciones mentales.
Mientras que el consumo desproporcionado de vitamina E -un potente antioxidante-, está vinculado a un aumento en el riesgo de cáncer de próstata, un hallazgo que derribó la creencia de que tomar suplementos diarios de vitamina E podía reducir el riesgo de padecer este cáncer.
Cuándo son necesarias
Los suplementos de vitamina ayudan a:
• Personas con deficiencia o carencia de algún nutrimento.
• Cuando la ingesta kilocalórica es menor a la recomendada.
• Los que llevan un plan de alimentación vegano (sólo consumen hortalizas y vegetales) y personas de mayor edad que padecen de gastritis atrófica, que requieren suplementación de vitamina B12.
• Personas que son intolerantes o alérgicos a los productos lácteos (leche, yogur, queso).
• Personas en ciertas etapas del ciclo de vida requieren aumentar los requerimientos de vitaminas. Como por ejemplo, los infantes, mujeres en la etapa de reproducción y durante el embarazo, y las personas de edad avanzada.
• Los que padecen de alguna enfermedad, infección o lesión o que se hayan sometido a una cirugía que interfiera con la ingesta, absorción, metabolismo o excreción de nutrimentos.
Por Inés D. Romero / Especial para Por Dentro
