Tener una noche de pasión en la que todo sale como lo planificaste, es uno de los mayores anhelos en toda pareja. Pero en la vida real, contrario a las escenas románticas de las películas, no todo sale a la perfección.
El mal aliento y un estómago desentonado son solo algunos de los enemigos más aterradores a la hora de seducir o tener intimidad sexual.
Precisamente, el portal essence.com se dio a la tarea de recopilar algunos de los momentos que debemos evitar para evitar un mal rato en la cama. Además, aconseja cómo “maniobrar” en situaciones incómodas como las que refiere.
En tu caso, ¿cuál ha sido el peor momento?
Meter “la pata” al hablar: Besos, caricias… Todo iba bien hasta que se te ocurrió hablar de lo maravilloso (o maravillosa) que era tu ex en la cama. O peor aún, le haces alguna crítica sobre su aspecto físico (como el tamaño de so órgano genital, por ejemplo) o su desempeño. Si no tienes nada bueno qué decir, mejor disfruta el momento y quédate en silencio.
No dejes que los nervios te hagan hablar lo que no debes.
Seducir sin bañarse: En definitiva, uno de los aspectos que puede matar las ganas es el mal olor. El análisis es sencillo: si la persona huele horrible cuando está vestida, imagínate cuando se quite la ropa, en especial, en unas áreas particulares. Lógicamente, “la clave es la prevención: bañarte (antes de salir)”, expresa Bárbara Carrellas, autora de Urban Tantra: Sacred Sex for the Twenty-First Century. Pero si la situación te tomó por sorpresa porque te fuiste de corrido a ‘janguear’ después de trabajar, “¡entonces invita a tu pareja a unirse contigo a la ducha!", aconseja la experta.
Un gas inesperado: Aguantaste lo más que pudiste, pero al final, no pudiste evitarlo… En definitiva, una de las peores pesadillas es que se te salga “un viento” en pleno momento de acción.
En la mayor medida, evita ingerir grasa, comida picante y ciertos vegetales durante al menos seis horas antes del encuentro apasionado. Tu estómago te lo agradecerá y no tendrás que disculparte por un mal rato como este.
El sueño te domina: Esperaste tanto para ese momento especial, pero el cansancio es tanto que te venció el sueño (esperamos que no le hayas presumido a tu pareja de todos los malabares que ibas a hacer durante el encuentro sexual). Para evitar esto, mejor sincérate y dile a la otra persona que prefieres esperar a otro momento en que sí puedas impresionar con tus cinco sentidos en alerta.
Se te olvidó afeitarte (y no hablamos de la barba): En estos tiempos modernos, una inmensa mayoría de personas prefieren los vellos fuera del panorama a la hora de tener un encuentro íntimo. Así que ya imaginarás lo incómodo que será que te surja la oportunidad de un momento de pasión, pero tener que aplazarlo porque no te sientes preparado o preparada para que te vean con el área íntima “frondosa”.
Mal aliento: Sin lugar a dudas, a nadie le gusta besar a alguien con un aliento desagradable. A la hora de comer, y en especial si sabes que vas a tener un encuentro romántico, recuerda que hay olores que son más difíciles de eliminar que otros, y que no se opacan con simplemente mascar un chicle de menta. Ejemplo de ello son la cebolla y el ajo.
Las pantaletas gigantes: La ropa interior como la que usaban nuestras abuelas, y las fajas para recoger esas libras que queremos esconder, no se incluyen en la categoría de lencería seductora. La idea es lucir sexy, no recordar la moda de nuestros antepasados.
Te pones sentimental: Es normal sentir algo de emotividad durante el momento en que vas a estar a solas con alguien especial para darse cariñito. Pero ponerte a llorar de la emoción, es algo muy diferente. Esta reacción pudiera provocar que la otra persona se asuste y se le apaguen las ganas de tener una aventura contigo.
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