Una de las cosas que agradecemos a la modernización de nuestra cotidianidad es el ahorro de tiempo. Hoy podemos hacer infinidad de cosas en menos tiempo que nuestros padres y no se diga si comparamos con nuestros abuelos.
No perdonamos cuando alguna circunstancia, descuido, dejadez o pesadez de algún burócrata, funcionario, vendedor, empresa o institución nos hace perder tiempo. El tiempo es oro se nos ha dicho siempre, queriendo decir que tiene valor.
Odiamos que nos hagan perder tiempo. Y cuando se gana tiempo, estamos agradecidos.
Esto es lo que ha ocurrido con los habitantes de Fondo Negro luego de la conversión en un gran comercio, en verdad en una gran cooperativa, antes pequeñita, que ha sido surtida con todo lo que consumen sus habitantes.
Están agradecidos porque no tienen que estar zancajeando lo que necesitan cogiendo concho, pagando pasaje para Barahona o Azua. Y a menor precio, porque la dueña del comercio es una cooperativa que se rige por valores apartados del lucro o de la especulación salvaje.
Esta transformación, aparentemente sencilla, se debió a otra observación también muy sencilla, pero imbuída de simpatía por la gente de Fondo Negro. Si la gente de Fondo Negro tiene el inconveniente de tener que desplazarse a Barahona y a Azua para suplir sus necesidades, ¿por qué no hacer algo para cambiar esa situación?
Ese algo, esa simpatía, ese apoyo sólo lo podía aportar el gobierno: 4 millones de pesos para agrandar el comercio de la cooperativa. Así se hizo luego de la visita del presidente Danilo Medina.
Dinamiza la economía de Fondo Negro y la gente ahorra tiempo y dinero. Como dice uno de sus vecinos: "Aquí sesiente uno que puede comprar".
Conozca la historia de cómo un poquito de dinero le facilita la vida a los vecinos y vecinas de Fondo Negro. Compartimos un video corto y unas fotos que hasta le pueden resultar familiares.
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