Desde muy antes de Jesucristo se
ha comprobado la simbiosis entre salud y
deporte para mejorar las condiciones de vida y eslongar la existencia del ser
humano en este mundo terrenal. Hoy día el Ministerio de Deporte ha puesto en
vigencia el programa “Salud y Deporte” en la provincia de San Cristóbal y
posiblemente a nivel nacional.
Es posible
que en la “Cuna de la Constitución” el espíritu del “jefe” se haya desenterrado,
combinándose en forma no armónica este bello programa con medidas a todas luces
no democráticas como el cierre de la calle Gaspar Hernández para la práctica de
aeróbicos y otras disciplinas.
Parece que el deseo por el retroceso ha obnubilado la
mente del Ministerio de Deporte, el síndico, y otros que tiran las piedras,
pero nunca sacan la cabeza. En un país donde el último censo de unidades
vehiculares excede los dos (2) millones y una provincia con su municipio
cabecera, cuyas calles se erigieron de tamaño tipos callejones, resulta un contra sentido y un conflicto de
uso el cierre de la Calle Gaspar Hernández para la práctica de aeróbicos por
parte de un pequeño grupo de ciudadanos, si les comparamos con los 600 mil
sancristobalenses que tienen derecho al uso de esta vía pública. Así las cosas
en vez de habilitar el parqueo o áreas contiguas al polideportivo para el tema
de los aeróbicos, se ha preferido irrumpir en forma ilegal,
cerrando la Calle Gaspar Hernández y de paso violentando la libertad de
tránsito del pueblo, aislando la Iglesia de Loyola, el Seguro Social, la
Escuela Cooperativa Loyola, y pobladores
de todo este entorno.
Lo más cuestionable
es que este cierre se aplica sin consultar a la poblaciones afectadas y
violentando todos los requerimientos de la Ley de Ordenamiento Municipal. Cuando se irrumpe el orden utilizando medidas
antidemocráticas retrocedemos. Y es que el cierre de la Calle Gaspar Hernández
contrasta con las bellas iniciativas que en materia de quitar muros y
obstáculos a calles cerradas se aplicó en la administración municipal del
período 2006-2010.
La apertura
de la Calle Pedro Renville (luego de cerrada por 40 años), constituyó un paso
heroico y valiente de esa gestión. Lo mismo sucedió con la eliminación de los
muros que bloqueaban la calle Reverendo Padre Ángel Arias frente a Loyola.
Para los
sancristobalenses la templanza mostrada por la sindicatura de entonces pareció
un sueño; es que la falta de vocación democrática nos lleva a ver las medidas
de fuerzas como algo normal.
Las calles tienen su uso muy específico; lo mismo que
los estadios y polideportivos.
Cada cual a lo suyo con respeto y en democracia.
¡POR FAVOR QUITEN LOS MUROS DE LA CALLE GASPAR HERNÁNDEZ!