Los haitianos son inmigrantes indeseados en la República Dominicana. Aquí se emplean en los campos de azúcar y en la construcción haciendo el trabajo sucio que desprecian los dominicanos, que con su tez mulata miran por encima del hombro a los negros haitianos. Pero esta vez fue diferente. Muy diferente
Por JACOBO G. GARCIA/El Mundo.es
PUERTO PRINCIPE.- El río “Masacre” separa la frontera entre República Dominicana y Haití. Un mugroso río que hoy sólo arrastra basura y plásticos en lugar de agua pero que recibe este nombre porque se trata uno de los escenarios principales del genocidio perpetrado por los soldados de Leónidas Trujillo contra los haitianos que vivían en República Dominicana.
A él se le atribuye la limpieza étnica emprendida contra los haitianos y con la que quiso “blanquear” Dominicana. Cuando el color de la piel no era suficiente para distinguir unos negros de otros los obligaba a pronunciar la palabra “perejil” lo que permitía diferenciar entre quienes eran francófonos (Haití) o hispanohablantes. Así perdieron la cabeza más de 20.000 haitianos, que sólo podían decir “peleyil”
Fue un episodio más de una tensa historia de persecuciones, matanzas y racismo entre dos naciones vecinas. El río por el que diariamente intentan llegar a Dominicana de forma ilegal decenas de haitianos huyendo de la miseria y que estos días ha disparado su flujo se tiñó entonces de sangre. Los cadáveres obstruían el río y miles de hombres murieron a machetazos y disparos de rifle.
La sangre goteaba de los carros que se llevan los cuerpos explica el historiador Robert D.Crassweller autor de “Trujillo, la trágica aventura del poder personal”. Para indemnizar al país vecino por la matanza Trujillo pagó años después 27 dólares por muerto. Su delirio racial dio un paso mas allá cuando acordó con Franco la llegada de miles de agricultores llegados desde el interior de España a los que regaló títulos de propiedad para “blanquear” la raza.
Los tiempos cambian
Esta vez fue diferente. Cuando los 9.000 soldados de la MINUSTAH (Misión de Naciones Unidas para Haití) no habían aparecido, cuando la ayuda humanitaria se acumulaba en el aeropuerto de Puerto Príncipe, los rescatistas de República Dominicana ya se metían bajo los escombros y comenzaban a sacar las primeras víctimas con vida.
También en República Dominicana se plantó el primer hospital, de ahí salieron los primeros camiones de ayuda y cuando esta se atoraba en la frontera por surrealistas trabas burocráticas, el propio presidente dominicano Leonel Fernández se presentó en la frontera para reprocharles la actitud y exigir que abrieran sin control alguno.
Además de ceder sus aeropuertos, también de Leonel Fernández surgió la iniciativa para condonar la deuda haitiana entre los países donantes, así como la constitución de un fondo de ayuda de 10.000 millones de dólares para cinco años, con el fin de llevar a cabo la reconstrucción del país.
Y es que la República Dominicana tiene mucho que ganar con este plan, ya que indirectamente está viéndose perjudicada por el terremoto. Son miles las personas que han buscado refugio en la mitad oriental de la isla y las autoridades están comenzando a tomar medidas para evitar brotes de malaria.
Los haitianos son inmigrantes indeseados en la República Dominicana. Aquí se emplean en los campos de azúcar y en la construcción haciendo el trabajo sucio que desprecian los dominicanos, que con su tez mulata miran por encima del hombro a los negros haitianos. Pero esta vez fue diferente. Muy diferente.
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Dominicanos se vuelcan a cambiar historia haitiana
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Periodista, Locutor y director del Periódico NoticiasClaveRD
Que publicacion mas racial esta, entnedemos que dominicanos, haitianos esta noticia no tenia que recordar tiempos atras. paz paz, ayuda, solidaridad, haiti es ahora mismo una ciudad de nadie convertida en escombros y aqui se empeñan en narrar la historia pasada.
ResponderEliminarAna Tiburcio
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