Rescatar materiales siempre le atrajo. En esas cosas que fueron descartadas, que ya nadie quiere, Jesús Gómez es capaz de imaginar una posibilidad artística. Desde sus primeros años como estudiante de Artes Plásticas, ese modo de acercarse a las cosas se combinó con una profunda curiosidad hacia el cuerpo humano.
El resto de la historia es el trabajo que realiza hoy con su línea de accesorios No tire reusa. Bolsos en forma de corazones, pulmones, cabezas y costillas forman parte de la colección Body Parts, en la cual también experimenta con el uso del color en la materia prima que utiliza hace ya algún tiempo: los tubos de neumáticos de equipo pesado.
“El cuerpo humano es un elemento constante en mi obra”, explica el diseñador.
Ha utilizado esta referencia en trabajos de serigrafía e instalaciones con material rescatado. Incluso, en el pasado trabajó con prótesis de diferentes partes del cuerpo. Con ellas elaboró collares y brazaletes.
Sin embargo, fue en los neumáticos que encontró las cualidades que más le atraen a la hora de dar rienda suelta al ingenio. Desde que lo trabajó la primera vez, le atrajo por ser flexible, duradero, impermeable y súper resistente.
Las primeras piezas fueron unidimensionales, el resultado de cortes con navaja, similares a los que hacía cuando realizaba trabajos de serigrafía. Luego, vinieron los cortes más complejos y las perforaciones con el objetivo de crear diseños.
“La goma era como el papel”, resalta sobre el manejo del material.
Rápidamente, Gómez comenzó a experimentar con la creación de planos para crear piezas más complicadas y al mismo tiempo, prácticas y atractivas.
Para el artista, cada pieza es diferente y única no solamente por el proceso de confección, que es muy espontáneo, sino también porque cada pedazo de material es distinto. De acuerdo al grosor, la textura o los detalles es que va identificando sus posibilidades.
“Una pieza me va llevando a la otra. De lo que sobra de una cartera o un brazalete me doy cuenta de que puede salir un bulto o un tocado”, comenta sobre el proceso.
La tubería del neumático ahora se parece más a una piel que depura cuidadosamente desde el momento en que la recoge, usualmente cubierta de fango, en algún taller o establecimiento donde es desechada.
Hasta el momento, solo utiliza esa parte del neumático, pero atraído por el reto y por la posibilidad de encontrar nuevas formas de reusar la materia, que de otra manera continuará contaminado el medio ambiente, Gómez se encuentra trabajando hoy en propuestas para utilizarlas para la elaboración de contenedores para plantas, huertos caseros de diferentes formas, canales de agua y arrecifes artificiales para controlar la erosión en las costas.
No es un asunto muy sencillo, porque la goma está entrelazada con alambres y se requiere otro tipo de técnicas para cortarla y moldearla sin que pierda la firmeza. Pero hallar posibilidades no es algo que le intimide al artista.
“El problema de la contaminación por las gomas es grande y las posibilidades, son muchas”, asegura.
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Por Camile Roldán Soto / croldan@elnuevodia.com
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