Los mismos que quedaron con la cara larga en las pasadas elecciones. Que anticiparon hasta el día antes del 20 de mayo que el candidato del PRD ganaría limpiamente y con abultada mayoría.
Individuos que se pasean por los partidos y que visitan a sus líderes con encuestas debajo del brazo ofreciéndolas al mejor postor y garantizándoles un trabajo de mercadeo político que los proyecte a la candidatura para luego catapultarlos al poder.
Los mismos desvergonzados de siempre... Que llevan décadas estafando a los incautos. Que no sólo a los que compran sus “estudios” de mercadeo político, sino a sus víctimas finales que son los que se suman a sus bultos electorales para luego sufrir desengaños.
Tienen el tupé de ni siquiera cambiar el envoltorio a su producto... Se quedan con el mismo nombre, con el mismo rostro... Como queriendo aprovecharse de la memoria corta de los dominicanos. ¡Y a veces hasta lo logran!
Porque darle credibilidad a un paquete como ese no tiene perdón de Dios... Sobre todo porque durante dos o tres semanas “eso” anduvo a la venta entre líderes y partidos.
Cientistas Vs. “cuentistas”
Es bueno aclarar que aquí hay “científicos encuestólogos” y verdaderos cientistas sociales. Que son varios y de distintas denominaciones e intereses.
El “cientista social” es experto en estudiar los mercados políticos en sus distintas épocas, categorías, razones o circunstancias... Pero abundan los cuentistas que llegan regularmente precedidos de “haber hecho ganar elecciones aquí, allá, acullá...”
Por eso no debe confundirse la mantequilla con la vaselina... Ni la gimnasia con la magnesia.
Aquí hay verdaderos “cientistas sociales” ñconozco a por lo menos cinco españoles muy buenosñ, que llevan en algunos casos hasta 15 años trabajando el mercado electoral dominicano.
Y doy sólo dos nombres: Carlos Malo, de Sigma Dos, la más acreditada empresa de su género en Europa; y Carlos Muñoz, que trabaja desde hace mucho con Asisa, también de mucho prestigio.
Esas dos empresas ñy por supuestos, los dos Carlos, indistintamenteñ están aquí desde antes de las elecciones del 2000 y hacen su trabajo callados, sin ningún ruido, sin publicar sus hallazgos y mucho menos sin prestarse a rejuegos politiqueros de partidos o candidatos.
Trabajan para figuras políticas, que ni siquiera para los partidos, y los resultados de sus investigaciones se discuten de forma callada, en reuniones de gabinete y entre expertos que elaboran desde el procedimiento científico que se va a seguir hasta los cuestionarios y la razón de cada pregunta para lograr la información que se busca obtener.
Y entonces los mercaderes...
Estos son otros... Y abundan. Los hay de manufactura local, la mayoría, pero también importados.
El más controversial de todos no sólo es dominicano, sino de origen regional... Como si faltara más.
Se pensaba que a casi tres años de las próximas elecciones su desaparición de los medios sería más prolongada. Nos equivocamos todos.
Hace apenas unos días el líder de uno de los partidos mayoritarios me comentaba que andaba por ahí una “encuesta” con números y escalas en blanco que se la habían llevado a su venta y que la oferta consistía en ponerlo a la cabeza de todas las simpatías electorales.
Por supuesto, eso le costaría un buen dinero... El la rechazó.
Ya antes el presidente de un partido contrario me había ofrecido la misma versión, pero de otra firma “encuestadora” que le ofertaba distintas opciones.
Lo cual quiere decir que empezaron ya las encuestas al por mayor y al detalle...
Por CESAR MEDINA
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