Río de Janeiro.- El Papa visitó ayer una de las favelas del norte de Río de Janeiro, donde le pidió a sus habitantes conservar la esperanza aún frente a la corrupción.Mientras fustigó a los ricos, a quienes les pidió poner fin a la “cultura del egoísmo”, que ha marginado a los pobres de la sociedad. En este viaje, el mensaje del Papa también ha fustigado elites políticas y ha motivado a la juventud para luchar por sus ideales, combatir la exclusión y las desigualdades.
Fue una clara referencia a las violentas protestas que paralizaron varias ciudades del país en las últimas semanas por miles de brasileños, enfurecidos por una rampante corrupción.