Santo Domingo-. Los tres bebés que fallecieron asfixiados el sábado en el interior de un vehículo en San Cristóbal, representan las víctimas menores de edad número 36, 37 y 38 en lo que va de año, producto de situaciones en las que ningún adulto a cargo de la supervisión de estos menores ha tenido que enfrentar consecuencias legales.
En el caso de la tragedia de San Cristóbal, que costó la vida a dos hermanitos de dos y cuatro años y a un primito de estos de tres, la Policía baraja la hipótesis de un accidente, igual que en la más de una treintena de casos similares que han sucedido desde enero hasta este mes de junio.
La institución ha registrado en sus reportes diarios 38 casos de niños y adolescentes fallecidos en distintas provincias del país, según informaciones de prensa que recogen estos decesos.
En lo que va de año, marzo ha sido el mes donde ha ocurrido una mayor cantidad de fallecimientos por accidentes, con un total de 16. A su vez, enero fue el mes en que se registraron menos víctimas, con dos. En febrero y mayo, ocurrieron igual número de decesos, cuatro en cada mes, y en abril, seis. Mientras, en los primeros 15 días de junio, las muertes ya alcanzan seis.
Los reportes dan cuenta de que 18 menores han muerto por ahogamiento; 5 por asfixia; 6 quemados; dos electrocutados; cuatro mediante disparos, 2 murieron al sufrir caídas y uno falleció al sufrir un trauma por golpes.
En Santo Domingo se registraron un total de 9 muertes: 3 niños ahogados, 2 quemados; uno por disparo de arma de fuego; uno por caída, uno electrocutado y uno por traumas. En Santiago murieron cinco: uno al caerse de una azotea; otro luego de recibir un disparo y tres por ahogamiento.
Asimismo, en La Romana murieron tres menores, dos ahogados y uno por quemaduras. En Azua, murió un infante electrocutado. En Barahona murieron dos niños quemados; en El Seibo falleció una niña electrocutada. Además, hubo uno ahogado en Neiba, otro en la Provincia Peravia, y en Valverde Mao ocurrieron tres muertes, uno por asfixia y dos ahogados. Mientras que en San Cristóbal han muerto 4 por asfixia.
En la provincia de Pedernales falleció uno al recibir un disparo; en Jimaní otro menor murió por herida de arma de fuego. En tanto que en San Juan de La Maguana ocurrió otro caso de un menor ahogado; en Monte Plata otro ahogado; en Monte Cristi también se ahogó un niño; otro más en Bahoruco y dos en Pimentel.
Las edades de las víctimas oscilan entre los ocho meses y los 17 años, y como evidencia el registro de los casos, estos hechos suceden prácticamente en toda la geografía nacional.
Los publicados son los accidentes sufridos por menores que terminan en tragedia, pero no llegan hasta la prensa muchos otros casos, en los que resultan lesionados pero sin un desenlace fatal.
Casos en el hospital Robert Reid
Según datos ofrecidos por el Hospital Robert Reid Cabral, hasta la primera semana de junio de este año, el centro ha recibido 51 casos de menores que sufrieron accidentes en sus casas.
De los 51 casos recibidos, 36 han sido por caídas y golpes, y 15 por quemaduras, según explicó la encargada del Departamento de Estadísticas del hospital, Elisa Ironellys Paniagua.
A su vez, la subdirectora del centro, doctora Rosa Nieves Paulino, explicó que los casos que han llegado al hospital han sido de menores lesionados, sin que ninguno llegara a morir. Sin embargo, admitió que ha podido atender niños “que se les quema una manita o cualquier otra parte de su cuerpecito, e incluso que sus tutores se las queman porque tomaron algo sin permiso’’. No obstante, no es el centro quien se encarga de alguna investigación, sino el Ministerio Público, indicó.
Señaló que no resulta tan fácil ni sencillo trabajar con ese tipo de problemática y que, en los casos donde sospechan que hubo una agresión contra el menor, trabajan en combinación con el Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes, además de Patología Forense, este último, cuando se trata de muertes.
Responsabilidad de los adultos
En la tragedia de los tres niños que se asfixiaron, el pasado fin de semana en San Cristóbal, vecinos y familiares de las víctimas han acusado a los padres de negligencia aunque otros los defienden. Estas reacciones se repiten en muchos de estos casos, aunque ninguno de los adultos involucrados ha enfrentado consecuencias legales.
La procuradora fiscal del Ministerio Público y encargada de la Línea Vida, Rita María Durán, explicó que si se trata de un accidente la ley no contempla penalizar a los tutores de los niños. “A menos de que por medio de las investigaciones se evidencie que la muerte fue provocada intencionalmente’’. Explicó que la Línea Vida, que pertenece al Ministerio Público, es receptora de denuncias, por lo que es obligación del organismo ser el primero en hacer las investigaciones preliminares para luego referirlas a la jurisdicción correspondiente.
En esos casos, realizan una investigación para determinar las causas de la muerte de los menores, y la jurisdicción a la que se remite el resultado de la investigación es quien se encarga de las sanciones, explicó.
Según la magistrada, la investigación de la muerte de un niño, requiere un proceso igual al que se maneja con un adulto: se utilizan las declaraciones de un médico legista, así como también las declaraciones de los padres, y luego se procesa de forma legal siempre y cuando haya pruebas.
El Código del Menor
La magistrada Durán admite que, hasta ahora, no ha conocido ningún caso en que los padres hayan recibido sanciones por la muerte de un niño debido a negligencia. Ve como una debilidad en el Código del Menor que las penas que contempla, en estos casos, son “muy leves”.
De su lado, el abogado Julio Cury entiende que el descuido de los padres no supone un homicidio voluntario ni involuntario y por tanto explica que no hay ninguna responsabilidad penal en el hecho. “En el descuido deliberado con el propósito de que el niño perezca, entonces, sí habría la posibilidad de que se le juzgue penalmente como consecuencia de esa acción criminal’’.
Como Durán, explica que el proceso de investigación está a cargo del Ministerio Público, quien tiene la potestad de investigar las circunstancias de cómo el infante falleció para definir responsabilidades, en caso de que existan. ‘’Si no hay ninguna, entonces, simplemente quedaría el dolor, el padre no es responsable civilmente de la muerte’’, añadió.
Insiste en que se penaliza solamente cuando hay homicidio, es decir, cuando hay una intención criminal, de que el niño pierda la vida.
El jurista enfatizó que el Ministerio Público puede detener al padre si entiende que hay elementos probatorios suficientes como para poder acusarlo, en ese caso, se solicita al juez de instrucción que se le formule como medida de coerción la prisión preventiva, “decidir la prisión es una facultad del juez’’.
De los 38 casos registrados por los medios de enero a la fecha, según los informes de la Policía, no fue posible determinar si alguno ha llegado a los tribunales. El propio Código del Menor no recoge la negligencia en el cuidado de los niños como un delito y sólo el artículo 398, de la ley 136-03, habla de sancionar la no supervisión. Este artículo señala lo siguiente:
“Cuando se compruebe que el padre o la madre de niños y niñas los dejen dentro del hogar, sin estar provistos de supervisión de adultos, serán castigados con penas de dos a seis meses de prisión. También serán referidos a tratamiento sicoterapéutico y asistencia social.”
No obstante, la ley no señala consecuencias en los casos en que los niños son expuestos a peligro por la falta de vigilancia aún en situaciones de los muy pequeñitos como los bebés que se han ahogado en cubetas llenas de agua dentro de sus hogares, se electrocutan por un cable en mal estado dejado a su alcance o mueren calcinados por una vela encendida por un adulto que, muchas veces, además los deja solos.
La abogada Wanda Méndez explica que la negligencia, en estos casos, no es considerada un delito. Señala que se parte del hecho de que ningún padre quiere que su hijo muera. Aunque ante el señalamiento de que ese principio deja de lado a miles de parricidas y a personas que evaden su responsabilidad poniendo en peligro la vida de sus hijos, señala que esto es cierto “Pero la ley no ofrece las herramientas legales para sancionar estos casos”, insiste. Señala que sería necesario que el congreso modificara el Código del Menor para que estas muertes, si se comprueba que hubo negligencia, tenga consecuencias.
Basta con una revisión a este Código para observar que recoge derechos fundamentales de los niños, como a un medioambiente sano, alimentación, educación y hasta diversión, pero parece no tomar en cuenta que la vida de los menores, muchas veces, depende de la vigilancia de un adulto y no contempla consecuencias cuando esta falla, como sí ocurre en otros países donde el accidente de un niño puede costar años de prisión al adulto a cargo.
A continuación el registro detallado de los menores fallecidos en los primeros seis meses de este año 2013.
Muertes en enero:
En Pedernales un niño de 8 años mató a su amiguita Miokli Corona Reyes, de la misma edad, de un disparo de escopeta, el 4 de enero. Según la Policía, el arma pertenece al padre del menor que disparó y éste la habría tomado para jugar.
En Jimaní, Rodifer Caraballo, de seis años de edad, murió al disparársele una pistola, mientras jugaba en su vivienda. El arma pertenecía al padre del menor el sargento mayor del Ejército Nacional, Robinson Caraballo Pérez, adscrito al servicio del diputado Pablo Inocencio Santana.
Muertes en Febrero:
Willy Álvarez Simón y Santiago Carrión, de 7 y 9 años respectivamente, murieron ahogados cuando penetraron en compañía de unos amiguitos a la piscina de un complejo deportivo en La Romana, donde resbalaron y cayeron.
En Azua, un menor de 12 años falleció electrocutado, después de que se subiera al techo de una vivienda para bajar una chichigua, cuando recibió el alto voltaje que le quitó la vida. Era hijo de los señores Kenia Abreu y Edward Sánchez, quienes a la hora de la tragedia se encontraban en Santo Domingo, según explicaron familiares y vecinos.
Israel Ramírez Pérez, de 2 años, falleció por ahogamiento, tras caer a las aguas del río Haina, donde fue llevado por su madre. Según el informe del caso, ésta padecía problemas mentales.
Muertes en Marzo:
Jaison Perozo, de 10 años, perdió la vida al caer de la azotea de unos parientes, mientras volaba una chichigua. Este hecho se registró en Navarrete, Santiago, el día 3 de marzo.
Un niño de tres años mató a su hermanito de año y medio con un arma de fabricación casera de las denominadas chilenas, que supuestamente encontraron en el patio de la vivienda, mientras ambos jugaban. El hecho ocurrió en el sector Los Girasoles de esta Capital, el pasado día 6.
Alex Arriaga Alcántara, de 16 años, murió luego de caerse de la azotea de un quinto piso mientras volaba chichigua, en Los Alcarrizos.
Víctor David, de 4 años, falleció ahogado en el río Nizao, provincia Peravia, mientras se encontraba en compañía de sus familiares el día 11 de marzo.
En San Cristóbal, Albert Domínguez Canelo, de 8 meses, murió asfixiado luego de que le cayera un paquete de ropa cuando se encontraba durmiendo en su corral.
Un niño de un año y seis meses se ahogó al caer en una canaleta frente a su vivienda en San Juan de la Maguana.
En hechos separados, fallecieron en Santiago Jevi Telima y Dariana Michel López Frías. La primera de siete meses murió ahogada al caerse de la cama dentro de una cubeta de agua luego que su madre la acostó, mientras la segunda, de dos años, murió al caer en una pileta.
Biligua Batista, una adolescente haitiana de 13 años, fue encontrada en estado de descomposición ahogada en las aguas de una laguna del Lago Enriquillo, provincia Bahoruco.
Un bebé de ocho meses de nacido fue encontrado ahogado en una laguna ubicada en la sección Apalgatales, de Villa Vásquez. La Policía no identificó al menor fallecido.
Tamarez Upia, de nacionalidad haitiana se ahogó cuando cayó dentro de una cisterna en su vivienda, en la comunidad de Bayona, Santo Domingo Oeste.
La Policía reportó el caso de los hermanitos Junior y Negro Santos de 11 y 13 años respectivamente, quienes murieron ahogados, tras desaparecerse en un balneario de la comunidad El Platanal, en el municipio Pimentel.
El infante Fraimy Germosén Moronta, de año y medio, murió luego de asfixiarse al tratar de comer una guayaba en la comunidad El Palo de Damajagua en la provincia Valverde.
Ernesto Parra Vásquez, de 17 años, murió ahogado tras caerse a las aguas del río ‘’ El Cachón de la Rubia’’, en Santo Domingo Este.
Adelin Matos Polo, de 2 años, murió a consecuencia de diversas quemaduras que sufrió tras incendiarse su vivienda en La Romana.
Muertes en Abril:
Dos niñas de un año y tres meses de edad, respectivamente, murieron calcinadas luego de que se incendiara su vivienda en el municipio Polo de Barahona.
Esmerlin Henrique Girón, de un año, murió ahogado en las aguas del río Guanuma, en Monte Plata, cuando se encontraba jugando.
Benecita C. Luis, de dos años, murió a causa de quemaduras por electrocución que recibió al hacer contacto con una antena del televisor y simultáneamente con un alambre eléctrico agrietado mientras se bañaba en su casa. El hecho se registró en El Seibo.
Darlenys y José Manuel Leyba Hernández, de 8 y 10 años de edad, respectivamente, murieron calcinados, tras incendiarse su vivienda en el distrito municipal de Quita Sueño, en Haina.
Muertes en Mayo:
Emely Cabrera Liriano, murió ahogada tras caer en un canal de riego en la comunidad Batey, del distrito municipal de Amina, en Valverde Mao.
José Domínguez, de 10 años, fue impactado por una bala en medio de un tiroteo que protagonizaron desconocidos que eran perseguidos por agentes de la Policía Nacional, en Santiago.
Ángel Luis Muñoz murió ahogado luego de que cayera a las aguas del canal Ulises Francisco Espaillat, en el sector de La Noriega, en Santiago.
Edwin Suero Peña, de seis años, murió ahogado luego de caer a un sistema de regadío en la comunidad La Isabela, en Neiba.
Muertes en Junio:
Joel Antonio González, de un año, falleció a consecuencia de traumas contusos, recibidos luego de caerle un televisor encima, en el sector Los Rosarios del Brisal, Santo Domingo Este.
En el sector Los Pinos de Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte, el bebé Enyer Ricardo, de nueve meses, murió electrocutado al hacer contacto con un alambre electrificado del cual estaba conectado un abanico.
En la localidad de Boruco, del distrito municipal de Guatapanal, en Valverde Mao, Daniel Rodríguez, de un año y cinco meses, murió ahogado cuando cayó dentro de un cubo lleno de agua.
En San Cristóbal los niños Luis, Johansel y Rainer, de dos, tres y cuatro años, murieron asfixiados en el interior de un auto, con los cristales tintados, que se encontraba estacionado en un lugar donde los menores jugaban. La tragedia ocurrió el pasado sábado 15 de junio.
Alicia Estévez y Charlotte Castillo