El cine
y la moda siempre han estado de la mano, sin duda el vestuario se vuelve parte
esencial a la hora de crear un personaje, y es que si no fuera así no existiera
la categoría “mejor diseño de vestuario” en los renombrados premios Oscars, así
lo demostró Edith Head, quien fue
nominada 35 veces en esta categoría, de las cuales obtuvo 8 estatuillas, estuvo
detrás de 1,100 películas y se convirtió en cierto momento en la modista más famosa de Hollywood.
En
esta ocasión nos dimos la tarea de escarbar por las películas más icónicas,
para encontrar los vestidos más impactantes y que han marcado un hito en la
historia del cine, y por supuesto de la moda.
La
lista la encabeza, la famosa actriz Audrey Hepburn, quien en 1961 deleito al
mundo, con el hermoso vestido negro o “Petite Robe Noir” en francés, que uso en
la primera escena de la icónica película “Breakfast at Tiffany`s”, diseñado por
Givenchy, y en la cual Edith Head fungió como supervisora de vestuario.
Como olvidar a Marilyn Monroe y su sexy vestido blanco de
falda vaporosa, elevado por las rejillas de aire de las aceras de New
York, en la película "La tentación
vive arriba", el cual fue creado por William Travilla. Este vestido sin es
con el cual todos recordamos a Marilyn.
En tercer lugar tenemos otro vestido negro, y es nada más
y nada menos que uno del año 1946, utilizado por la bellísima actriz Rita
Hayworth en la película "Gilda”, esta creación en satén del diseñador Jean
Louis, se subasto hace unos años en 30.000 y 50.000 dólares.
Otro que no se puede quedar es el vestido hecho de
cortinas que utilizo Vivien Leigh- o más
bien el personaje “Escarlata O´Hara” en la película “Lo que el viento se
llevo”, en la cual tratando de disimular su pobreza la protagonista arrancó las
cortinas y se mostro en esa hermosa pieza. Walter Plunkett fue
el creador.
Y por ultimo y no menos importantes tenemos a Julia Roberts,
en “Pretty Woman” quien enamoro a el mundo con su hermoso vestido rojo, en la
escena en la que era llevada a la opera. Este vestido fue una creación de Nino
Cerutti.
Estefani Campos
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