DISCURSO HIPOLITO MEJIA

Pueblo Dominicano
Nuestro país siempre ha sido un lugar de oportunidades, habitado por gente buena, optimista y emprendedora que ha sabido conquistar con su esfuerzo las glorias más altas en las diferentes actividades humanas.

Nuestra posición geográfica y la calidad de los recursos naturales, convierten al país en un lugar privilegiado, para dar a nuestro pueblo condiciones de vida similares o mejores a las que disfrutan naciones con menos posibilidades que nosotros, pero mejor dirigidas.

El país en su esfuerzo por encontrar el camino hacia el desarrollo, enfrenta desafíos cada vez más difíciles y complejos.

Desafíos que requieren de la voluntad y determinación de sus mejores hijos, para con la ayuda de Dios, emprender los cambios que la sociedad necesita y superar las dificultades que enfrentamos.

Los persistentes problemas del país llenan de incertidumbre, angustia y desesperación la vida de las personas.

El modelo económico impuesto por la presente administración reproduce la pobreza y amplía la desigualdad social. Los beneficios del llamado crecimiento no llegan a los pobres.

El sistema productivo nacional está abandonado. La importación de bienes agropecuarios, de forma indiscriminada, ha quebrado a miles de productores, destruyendo su esfuerzo y espíritu emprendedor.

La población rural se ve obligada a emigrar a las ciudades, a donde viene a ensanchar los cinturones de miseria de los barrios y a profundizar la exclusión social.
El mal uso de los fondos públicos, el derroche en lujos y el endeudamiento sin control, dentro y fuera del país, han sustituido la disciplina, la racionalidad y la transparencia que deben primar en el uso de los recursos del Estado.

Los dominicanos pagamos la electricidad más cara de la región, mientras los recurrentes apagones afectan la calidad de vida de las personas y la competitividad de las empresas. 2

La inseguridad se ha adueñado del país y hemos perdido la tranquilidad que por largo tiempo fue uno de nuestros bienes más preciados.

En medio de este escenario, instituciones claves para el buen funcionamiento del sistema democrático, como son el Poder Judicial, el Poder Legislativo y los partidos políticos entre otros, están siendo cuestionadas por la sociedad por el incumplimiento de sus obligaciones fundamentales.

Un número creciente de dominicanos, especialmente gente joven, está perdiendo la fe en el sistema democrático.

El país no puede continuar en esa dirección.
Por eso, porque me duele mi país, porque me duele mi partido, porque me duele mi gente, anuncio mi decisión de que VOY a aspirar a la presidencia de la República.
Mi decisión de ocupar la presidencia de la República es un acto de responsabilidad ciudadana y de compromiso con el pueblo, que siempre ha soñado con tener un empleo seguro y escuelas donde educar a sus hijos.

Tener un sistema de seguridad social que garantice servicios de salud con cobertura para todos y la tranquilidad de un retiro digno.
Y, sobre todo, tener instituciones confiables, eficientes y respetables en un país de ciudades seguras.

Habiendo aprendido de mis aciertos y desaciertos, en el paso por el gobierno, vengo con humildad a aportar mis conocimientos, experiencia, optimismo y energía para la solución de los problemas que padece la sociedad dominicana.
Voy a trabajar por el bienestar de todos, convencido de que la sociedad necesita un rumbo distinto y tengo la certeza de que es posible un país mejor, pero mejor para todos.

A lo largo de mi vida pública siempre he actuado con responsabilidad y sentido patriótico.

Al asumir las funciones de Secretario de Estado de Agricultura, en el año 1978, la Fiebre Porcina Africana se había establecido en el país y nos tocó decidir la total eliminación de la población porcina, para un tiempo después iniciar la repoblación con animales sanos, que han dado lugar al desarrollo de una de las industrias más próspera del país.

En el año 1979, tras el paso del ciclón David y la tormenta Federico, se vaticinaba una hambruna por la devastación que dejaron estos fenómenos naturales en los campos. Una vez más nos tocó encabezar, bajo la dirección del Presidente Don Antonio Guzmán, el más extraordinario esfuerzo de recuperación agrícola que se recuerde en tiempos modernos en el país. A los pocos meses los dominicanos disfrutamos los resultados de los planes que pusimos en práctica. 3

En el año 2003 enfrentamos el fraude de los bancos quebrados con prontitud, eficiencia y responsabilidad, para evitarle al país el colapso del sistema financiero y proteger el ahorro de más de 700 mil familias.

Para entender lo oportuno de las medidas adoptadas entonces, bastaría con observar las disposiciones de los gobiernos más ricos del mundo ante la crisis que afectó el sistema financiero internacional las cuales son muy similares a las que pusimos en práctica en esa ocasión.

Producto de esa experiencia hicimos aprobar un nuevo código monetario y financiero que al tiempo que endurece las medidas de supervisión, protege los intereses del Estado y los depositantes.

En el periodo del 2000 al 2004 se aprobó y puso en vigencia la Ley de Seguridad Social que es la contribución más contundente que gobierno alguno ha hecho en toda la historia republicana a la causa de los sectores populares.

Esta Ley ha significado un antes y un después en materia de seguridad social en el país.

Al impulsar esta Ley cumplí con un compromiso, producto de mis convicciones y los postulados fundamentales de la filosofía socialdemócrata que sirven de plataforma ideológica al Partido Revolucionario Dominicano.

En nuestra gestión, el presupuesto del gobierno central se ejecutaba de manera descentralizada, dándole respuesta a las necesidades prioritarias de las diferentes comunidades.

También dispusimos que los ayuntamientos recibieran una mayor proporción del presupuesto nacional.

Fruto de mi convicción de que la educación es el fundamento del desarrollo del país, dimos a la educación pública el mayor apoyo que gobierno alguno haya dado a este sector.

En nuestra administración se aprobó un código de protección a los recursos naturales y medio ambiente que es una garantía para la preservación de la riqueza natural, los recursos hídricos, la biodiversidad y las bellezas de nuestro territorio.

Por primera vez se discutió y aprobó una Ley de Migración que sienta las bases para unas relaciones ordenadas y transparentes con la hermana República de Haití.
Esta Ley, por la desidia de los funcionarios a quienes compete hacerlo, aun carece del reglamento indispensable para su funcionamiento.

Siempre he considerado que la exportación de bienes y servicios es una pieza clave para el desarrollo del país. Por eso desde el gobierno hicimos todo lo necesario para promover la inversión, tanto nativa como extranjera. 4

Trabajamos para proteger las zonas francas, aumentar la oferta exportable y ampliar el acceso a los mercados internacionales con tratados comerciales como el DR-CAFTA y la cooperación con la Unión Europea.

En nuestra administración se promulgó el Reglamento que norma el funcionamiento de la Superintendencia de Valores de la República Dominicana.

Una institución que está llamada a crear un dinámico mercado de capitales que permita democratizar el crédito y ampliar la gama de financiamiento a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas.

Dominicanos, estoy convencido de que la solución a nuestros problemas no puede ser la obra de una sola persona, ni siquiera la acción de un Partido actuando unilateralmente. Tiene que ser la obra de todos, donde el amor por el país, las ideas, la inteligencia, el sacrificio, la voluntad y la participación de cada joven, de cada hombre y cada mujer, estén presente.

Por eso me propongo recorrer, en su momento, palmo a palmo el territorio nacional y la comunidad dominicana residente en el exterior.

Quiero escuchar lo que tienen que decir nuestros jóvenes.
Quiero oír las aspiraciones de nuestras mujeres.

Me interesan los planteamientos de los sectores productivos.
Escuchar la voz de los partidos y movimientos políticos, las comunidades y la sociedad civil.

Las propuestas y demandas que surjan de este proceso servirán para elaborar un Plan de Nación que contenga las necesidades y esperanzas de la gente.

Más que un programa partidario este será un Plan de Nación con las ideas y expectativas de la sociedad, para beneficio de los dominicanos.

Nuestra nación necesita urgentemente ser rescatada y re-encauzada por mejores senderos, que nos conduzcan hacia una autentica democracia económica y social.
Me comprometo con el país, a encabezar una gestión de gobierno que impulse un desarrollo nacional vigoroso a través del trabajo productivo y la creación de riquezas en nuestro territorio.

Que aproveche el potencial natural del campo para generar riqueza y empleo. Un porcentaje muy alto de nuestra alimentación es importado, y eso no debe continuar.
Que fundamente la inversión pública en el ahorro interno y la disciplina fiscal.
Que promueva la creación de empleos y oportunidades, especialmente para los jóvenes. 5
Que elimine la corrupción de la administración pública.

Que invierta los recursos necesarios en el sistema educativo y promueva la excelencia de nuestras instituciones de enseñanza.

Me comprometo a hacer de la educación el eje central del Plan de Nación.
Tengo el compromiso de encabezar una gestión de gobierno que ejecute una política social solidaria centrada en el desarrollo humano y la creación de oportunidades para todos.

Que entienda que el deporte es un componente esencial de la educación integral.
Que resuelva de una vez y para siempre el problema eléctrico.

Que tenga la voluntad de suprimir las causas que provocan la inseguridad ciudadana.
Que defienda la riqueza ecológica y proteja los recursos naturales de nuestro territorio.

Que establezca una política exterior que defienda los intereses nacionales y utilice la acción diplomática para promover la democracia política y la integración económica recíproca.

Que la modernidad no sea simple retórica usada para confundir a los ingenuos, sino una práctica cotidiana expresada en la eficiencia y transparencia del gobierno.

Expresada en servicios públicos confiables, en mayor productividad de las empresas y en niveles de vida de la gente de mayor calidad.

Nuestra propuesta es una invitación a dar lo mejor de cada uno de nosotros, para recuperar los principios y valores que siempre llenan de orgullo nuestra condición de ser dominicanos.

En la jornada hacia la presidencia de la Republica que iniciamos, le reservo un lugar especial a la juventud.

El alto índice de desempleo y la falta de oportunidades impiden que el país aproveche la energía, calidad y vitalidad de su población joven.

Yo quiero cambiar esa realidad. Y vamos a cambiarla.
Mi deseo para los jóvenes es el mismo que como padre he tenido para mis hijos, quienes a través de la educación y el trabajo honrado han hecho realidad sus aspiraciones.
Tengo un compromiso con la mujer dominicana. En nuestro país, la desigualdad, la inseguridad y la falta de oportunidades, golpean duramente a la mujer. 6
Trabajaré con determinación para enfrentar estos males y propiciar mejores condiciones de vida para la mujer.

Dominicanos: derrotar las causas que mantienen a nuestro querido pueblo sumido en el desempleo, el alto costo de la vida, la inseguridad ciudadana, la corrupción, el narcotráfico, los apagones, la falta de educación y salud, no es tarea fácil.

No, señoras y señores, superar estos males demanda una visión distinta y un liderazgo probado y comprometido con los mejores intereses y valores de la nación.

Dominicanos, compañeros, amigos y amigas, hoy, desde este lugar, les invito a ser parte de esta jornada por un mejor país, pero para todos.

En cuanto a mi partido, el glorioso Partido Revolucionario Dominicano, el partido de la esperanza nacional, me comprometo a trabajar por su unidad y a convertirlo en lo que dice nuestro Estatuto, una organización al servicio del pueblo.

Invito a la alta dirección del Partido, a convocar los organismos correspondientes para conocer de la situación post-electoral, la problemática interna y los problemas nacionales, a los fines de hacer las recomendaciones de lugar.

Vamos a defender los principios y valores sustentados por los fundadores de la Nación, y los ideales de nuestro inolvidable compañero y hermano, doctor José Francisco Peña Gómez.

Vamos a emular el ejemplo de dignidad, de respeto a los valores democráticos y de amor por el país, que nos enseñara, a quien YO considero con orgullo mi padre afectivo, el inolvidable presidente Don Antonio Guzmán.

Compañeros y compañeras, entre todos tenemos que hacer del PRD, una organización unida, democrática, disciplinada y combativa, capaz de reconquistar el Poder para conducir al pueblo a la realización de sus metas políticas, económicas y sociales.

Levantemos con orgullo los principios esenciales de libertad, democracia y solidaridad, que han sido siempre la bandera de lucha del PRD, el partido del pueblo y la libertad.